A través de nuestro trabajo, podemos llegar a sentirnos parte de la vida de las personas que necesitan de nuestros conocimientos aplicados a sencillos problemas pero con gran repercusión en su calidad de vida.

No vamos a descubrir ahora la gravedad de la crisis, los problemas de trabajo, familiares y sobre todo económicos que nos ha traído, pero si haré hincapié en el caso de un cliente que acudió a nosotros con el siguiente problema:

Se trata de una familia de 3 miembros en la que todos estaban desempleados, y viviendo de una prestación que evidentemente no era suficiente para llegar a final de mes. Habían decidido dejar la vivienda familiar para irse a vivir a la parcela que tenían en el campo y así poder reducir los gastos mensuales.

Al tratarse de una parcela aislada, con la instalación de Energía Solar Fotovoltaica Aislada, podría tener servicio y así evitar el pago de la electricidad a la compañía suministradora.

La particularidad de esta instalación es que uno de los integrantes de la familia necesitaba estar conectado las 24h a un respirador artificial, y esto implica que hay que diseñar el sistema con mucho rigor para poder ser solvente con los consumos.

En un principio la familia había contratado a un instalador “barato”, quien al terminar la instalación (y cobrar, por supuesto!) no había querido volver a aparecer por allí. La instalación no funcionaba correctamente y el instalador no se responsabilizó del problema.

Los vecinos recomendaron a la familia a nuestro cliente instalador especialista en energía solar, el cual ha realizado muchas instalaciones en la zona y tiene una gran reputación, él contactó con nosotros para pedirnos asesoramiento y dar celeridad al asunto para resolverlo cuanto antes… era un tema vital!

Rápidamente acompañamos a nuestro cliente a la vivienda, tomamos los datos necesarios y sobre todo, le explicamos al usuario final en iba a consistir el sistema. Nosotros ofrecemos soluciones, y lo mejor para esta familia era replantear todo lo que tenían instalado intentando aprovechar el máximo de materiales posibles. Aun así tuvieron que invertir casi un 20% más de la cantidad inicial para “hacer que funcionase”. Ese 20% seguramente era la diferencia que pagaron de menos al primer instalador, siendo al final una solución que no funcionaba.

Nos implicamos, ayudamos a hacer un proyecto a medida, nuestro cliente sintió nuestra cercanía y profesionalidad puesto que desde su primera llamada le dimos soporte, soluciones y asesoramiento para alcanzar su éxito en el resultado de la instalación.

Sentirnos parte de las necesidades del cliente, nos hace adoptar soluciones específicas para cada caso, siendo ese nuestro valor a aportar al profesional.