
Todo parece indicar que en las próximas semanas veremos publicado el Real Decreto que regule las condiciones técnico-económicas del autoconsumo fotovoltaico. De hecho, los rumores apuntan a que a principios de octubre ya podría ser aprobado en el Consejo de Ministros.
Este decreto, tan demandado (por tener al fin una normativa con la que poder trabajar, mejor o peor) como criticado (por lo que se espera de él: una regulación nada favorable para las renovables y en contra de cualquier lógica económica, tecnológica o social), verá la luz después de varias versiones del borrador de autoconsumo (julio de 2013, junio de 2015, y la tercera, en agosto de 2015)
Y, según parece, este decreto traerá consigo el nefasto peaje de respaldo (aunque ahora le hayan cambiado el nombre, no nos dejemos engañar, el fondo del asunto sigue invariable) como principal escollo para la rentabilidad de las inversiones en energía fotovoltaica, suponiendo un importante freno para el desarrollo definitivo del autoconsumo en nuestro país. Pero no es el único: obstáculos como la imposibilidad de vender la electricidad excedentaria vertida a la red, el límite de los 100 kilovatios pico, la desautorización a aquellas Comunidades Autónomas más favorables con el autoconsumo, así como las desproporcionadas sanciones de hasta 60 millones de euros por no declarar correctamente una instalación, nos van a poner las cosas difíciles.
Sin embargo, más allá de todas estas trabas, dificultades y ataques, sabremos encontrar seguro una posibilidad, una ventana abierta para hacer aquello que nos apasiona y en lo que creemos firmemente: poner la energía solar al alcance de todos, le pese a quien le pese.
De lo contrario, iríamos en dirección opuesta al resto del mundo en materia energética y eso, ahora más que nunca, no nos lo podemos permitir ni deberíamos consentírselo a nuestros gobernantes, por la cuenta que nos trae.
P.D. 1: Algunas noticias publicadas recientemente (ésta, por ejemplo) sobre el interés de ciertas grandes eléctricas tradicionales en la comercialización de instalaciones de autoconsumo para sus clientes, con paquetes que incluyen baterías para acumulación (este punto es especialmente sorprendente) y plazos de amortización de 7 a 10 años, nos hacen sospechar que el Ministerio va a levantar la mano con las instalaciones de autoconsumo de pequeña potencia (hasta 10 kW). Quizá sea ésta la “ventana abierta” que esperábamos.
P.D. 2: Mi más sincera enhorabuena al equipo de ANPIER por levantar la voz y por el enorme esfuerzo que están haciendo para movilizar al sector fotovoltaico con su “Camino del Sol”.